Las degustaciones de productos típicos del Llano han tenido mucha aceptación, destacando sobre todo, la de cordero ofrecida por la Asociación de criadores de la Raza Ovina Lojeña y la de choto del Llano que ha sido cocinada por miembros de la asociación de mayores (con muy buena mano, por cierto). La repostería tradicional en forma de roscos, caramelos de arropía, piononos y herraduras, han tenido su lugar también con excelentes críticas.
La cultura no ha faltado a esta cita y es que las exposiciones han estado "a reventar" los dos días en que han sido abiertas, tanto por la mañana, como por la tarde y se han recibido muy gratos comentarios sobre ellas. Además, la organización ha sido perfecta, teniendo que llegar incluso a controlar el aforo en la exposición de pintura de Conchi Quesada. Curiosos recuerdos, maquetas de las labores del campo, laboriosos trabajos de esparto y miniaturas, evocaron otras épocas y nos enseñaron una parte importante de la historia del pueblo.