¿Donde terminan las frases “desafortunadas” y empieza el delito? Hay frases que sacadas de contexto hieren la sensibilidad de los ciudadanos y el hablante en la mayoría de los casos pide la correspondiente disculpa aunque el daño ya esté hecho.
Pero lo que no es permisible es que todo un Presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, exprese una frase, ya no desafortunada ni fuera de contexto, es una incitación de violencia hacia las mujeres. Por supuesto el cargo le viene muy grande.
En su segundo día de trabajo como presidente de los españoles en el extranjero, Castelao pidió el acta de la reunión de una comisión de la mesa de Educación y Cultura, pero faltaba un voto para poder formalizar el documento. Con lo cual, el señor presidente dijo que no pasaba nada: “¿Solo hay nueve votos? Poned diez... las leyes son como las mujeres, están para violarlas”.
Hay personas que cumplen condena por hacer apología del terrorismo, por ideas religiosas, por calumnias, por violación, etc. Entonces, desde mi simpleza, me hago una pregunta: ¿El señor Castelao al pronunciar tal aberración de frase, no está haciendo apología de violencia de género?
Como persona siento vergüenza por pertenecer a la misma “especie/raza” que este individuo, como mujer, mi indignación es de tal magnitud, que las palabras se agolpan en mi cerebro y mis dedos golpean frenéticos el teclado.
El desprecio que parece sentir este hombre hacia las mujeres, es similar al que sentimos muchísimas mujeres en este momento hacia él y personalmente creo que la dimisión no es suficiente. La Justicia debería investigar si hay delito detrás de estas palabras y si es así, entonces que la ley dicte sentencia.
Por cierto, el cargo lo consiguió gracias a la propuesta de una mujer: la señora Ministra de Empleo Fátima Báñez.