Alemania ha intentado desde la II Guerra Mundial, que se olvide su pasado nazi. También intenta por todos los medios que se olvide la deuda que contrajo con Europa al finalizar la guerra y que quedó satisfecha el 3 octubre de 2010; 57 años después de haberla contraído.
Gracias a las negociaciones que duraron desde el 27 de febrero al 8 de agosto, 25 acreedores -entre ellos Grecia- acordaron la anulación de la deuda, hecho que permitió la recuperación germana, la rápida reconstrucción del país y lo que a la postre le llevó a convertirse en potencia mundial.
A principios de los años cincuenta también se permitió a Alemania que redujera sus importaciones, para dejar de importar bienes que ya producía por sí misma y que antes importaba. Al permitir esta sustitución, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones al país germano; importaciones que curiosamente provenían de Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
Otro elemento importante fue el “servicio de la deuda” que se fijaba en función de la capacidad de pago de la economía alemana. Según el servicio de la deuda y los ingresos por exportación no podía superar el 5%, Alemania jamás destino más del 4,2% de los ingresos al pago de la deuda.
Otra medida de gracia fue la aplicación de la reducción del tipo de interés, que estaba entre el 0% y el 5%.
También hay que tener en cuenta las donaciones en dólares que Estados Unidos concedió a Alemania a través del Plan Marshall: 1.173,7 millones de dólares (unos 10.000 millones actuales).
Como ya he dicho antes, la recuperación de Alemania fue rápida, siendo en estos momentos la economía más fuerte de Europa, pero olvida la ayuda que se le prestó.
Si comparamos esa ayuda recibida, a la presión a la que somete ahora a Grecia, la diferencia y la injusticia es, cuanto menos asombrosa.
Sin embargo, Alemania sigue empeñada en obviar los privilegios de los que ha disfrutado durante muchos años y que seguirá percibiendo, precisamente por la ayuda que recibió en su momento y que ahora niega al pueblo griego.
El muro de berlín no ha terminado de caer, se ha transformado en una frontera invisible, que protege al país de Merkel de todo aquello que le impida seguir su política de poder y manipulación hacia el resto de Europa.
Ventajas de tener una memoria selectiva...
La imagen es de aquí.